Los coquíes 

   El coquí sin duda alguna se ha convertido en el animal más reconocido y famoso de Puerto Rico, y tanto dentro como fuera de la isla es un símbolo del puertorriqueño y su cultura. Sin embargo, muchos utilizamos el nombre ‘coquí’ de una manera generalizada para representar, sin saberlo, 17 diferentes especies que increíblemente muy pocos conocen. 

   El nombre ‘coquí’ es una onomatopeya, o sea, es la representación de un sonido natural en palabras, en este caso, el sonido que producen solo 2 de las 17 especies: el Coquí Común (en la foto) y el Coquí de la Montaña. El sonido particular de cada especie es producido por el macho quien, utilizando su saco vocal, logra amplificar su sonido no solo para defender su territorio de otros machos sino también para atraer a la hembra.

   Los coquíes pertenecen al grupo de los anfibios y como tal, son animales vertebrados que poseen una piel desnuda y permeable, ponen huevos (aunque estos lo hacen en tierra y no en el agua y con la excepción del Coquí Dorado) y requieren de lugares húmedos para sobrevivir. Todos además, comparten 3 características principales: la presencia de discos o cojinetes en las puntas de los dedos e interiormente, el hueso más externo de los dedos (falange terminal) es en forma de T, lo que les ayuda a adherirse a diferentes superficies; dedos libres y sin membranas interdigitales excepto en el Coquí Palmeado, pues no tienen la necesidad de entrar al agua; y un desarrollo directo en donde no pasan por la etapa de renacuajo y del huevo sale una copia miniatura del adulto. En algunas de las especies incluso, existe el cuidado parental, en donde el macho protege su camada de huevos de depredadores y además los mantiene húmedos, asegurándose de que sus crías, indefensas, sobrevivan.

Lo más interesante de estos animales es que a pesar de ser tan pequeños, son considerados los depredadores nocturnos más importantes en Puerto Rico. Esto es no solo por su abundancia, sino también por la gran cantidad de insectos y artrópodos que consumen, convirtiéndose en controladores naturales de plagas e insectos dañinos. Además, los coquíes actúan como ‘Bioindicadores’ (indicadores ambientales) y nos ayudan a saber el estado del ambiente en el que se encuentran.

La iniciativa 

   Salvemos Los Coquíes es una iniciativa que comencé con la idea de compartir fotografías e información detallada y actualizada de la diversidad, hábitos de vida, distribución geográfica y biología general de los coquíes en Puerto Rico a la vez que busco generar conocimiento y conciencia social que a la larga favorezcan la protección y el manejo adecuado de estas especies. Lo primordial en un proyecto de conservación es conseguir el interés y ayuda de la mayor cantidad de personas posible y el establecer alianzas que resulten en un mejor esfuerzo en pro de las especies amenazadas. Sin embargo, muchas veces fallamos en el intento al no comenzar la campaña de conservación educando al público sobre el tema o informando sobre la importancia, la necesidad y el ‘por qué’ de hacer lo que se hace y cómo podemos involucrar a la comunidad.

   Con esto en mente, básicamente he buscado construir un puente que conecte la necesidad de educar a un pueblo que no conoce la naturaleza que le rodea con la importancia de proteger y conservar nuestras especies y recursos naturales. Gracias a este esfuerzo, muchas personas incluyendo niños, jóvenes y adultos, a través de charlas en las escuelas y exhibiciones en distintas actividades ambientales, están atravesando ese puente mientras aprenden y toman conciencia sobre los coquíes y cómo podemos ayudarlos. La mayoría de esas amenazas que sufren los coquíes, como la pérdida de hábitat, la deforestación y la contaminación son causadas por los humanos y lo irónico es que, nosotros también nos afectamos.

Mi meta con Salvemos Los Coquíes es simple: tener esta información accesible para el beneficio de todos. Ese conocimiento es la semilla que mañana germinará en más personas interesadas en las ciencias y sobretodo en ayudar a proteger y conservar los recursos naturales de Puerto Rico. Con esta información nos convertimos en ciudadanos científicos capaces de trabajar por un mejor futuro. Ya hemos perdido 3 especies (Coquí Palmeado, Coquí Dorado y el Coquí de Eneida) y 10 de las 14 restantes se encuentran bajo algún nivel de amenaza. Es hora de tomar acciones positivas y reconocer que, cuando perdemos una especie, perdemos parte de nuestra historia.

Únete y aprende más sobre nuestros coquíes en Salvemos los Coquíes

   Si naciste antes de los años 80 en Puerto Rico, posiblemente te familiarizas con la cita anterior.  

   Nuestro querido actor, productor y empresario puertorriqueño, Tommy Muñiz, guiado por su amor hacia los animales, abrió las puertas de lo que fue el Monoloro, un zoológico en el barrio Barrazas en Carolina que para muchos es imposible olvidar.

   Pero no vamos a hablar del zoológico, sino de su estrella mayor que este mes de abril cumplio dos años de fallecido.  ¿De quién hablamos? Del amado mono Yuyo. ¿Se acuerdan de él? ¿Quien sembró el terror en Carolina casi como el Chupacabras en Canóvanas? Pues sí, a él le dedicamos este mes recordando varias de sus travesuras.

   Para cuando Yuyo falleció el 18 de abril del 2012, Tomito Muñiz  en una artículo para NotiCel, explicó que las primeras gestiones que hizo su padre para el zoológico fue el de solicitar un mono, quien ya sabemos quien fue y por eso el nombre del temático.  El mono nacido en Zaire, un estado de la República del Congo en África, fue traído a la isla para ser exhibido en dicho zoológico.

   Solicitando los servicios de un domador experimentado de nuestra vecina isla Cuba, Joaquín Barranco y su esposa lo adoptaron como hijo; él hasta vivía con ellos en su casa y lo llevaban todos los días al parque.  Ellos fueron los primeros responsables de amaestrarlo y enseñarle todas sus acrobacias para presentarlas en la poca vida del Monoloro.

   El zoológico tuvo tres años de servicio.  Los animales se mantenían enjaulados para ser llevados a diferentes instituciones pero al parecer, Yuyo tenía otros planes en su vida. Fue entonces que el 1980, el astuto mono de raza Pan Paniscus, abrió su jaula, la de otros monos y se escaparon.  En el barrio donde se encontraban viviendo, los vecinos ya no salían pues temían por su vida.  Incluso, Tomito reseñó que  al otro día una vecina llamó para indicar que habían dos monos en su ventana pidiéndole comida.  Para el momento que llegaron los policías, solo capturaron a Judith, la señora de Yuyo.

   Yuyo mostró su inteligencia luego del fallecimiento 

de Barranco.  Aunque su esposa intentó domar su rebeldía no puedo controlarlo hasta que pasó lo que muchos recuerdan.

   Las llamadas para indicar el avistamiento del Súper Mono no fallaban.  Cada vez que llegaban al lugar, no se encontraba.  Definitivamente, mostró mucha más capacidad que varios humanos.  Tan es así, que en las elecciones del 1980, el famoso mono recibió muchos votos “write-in” como gobernador de Puerto Rico.  ¡No faltaba más! 

   Para el 1985 finalmente capturaron a Yuyo.  Fue llevado al Parque de las Ciencias en Bayamón donde vivió por 27 años y donde también hizo sus travesuras.  Queda marcado en la historia que una mona hospedada en una jaula aparte en el parque fue embarazada por el travieso de Yuyo.  Al parecer, tanto tiempo con los puertorriqueños aprendió algo.  

No se entiende cómo pasó, pero de ese fruto nació Tammy, una preciosa simia que actualmente se encuentra en St. Louis Zoo en Missouri.  Con Judith tuvo gemelos hembra y varón, pero que solo sobrevivió el varón, Toby, y quien murió poco tiempo antes que él.

   Al momento del fallecimiento, Yuyo tenía unos 46 años (92 años humanos).  Aunque muchos pensaron que pudo haber muerto por varias condiciones de salud por su vejez, la necropsia reveló que murió del corazón por el aumento en las hormonas.  O sea, que nuestro chimpancé estaba en uno de esos sueños… ya saben… puertorriqueño al fin.

   El alcalde de Bayamón, Ramón Luis Rivera Cruz, en aquel entonces estaba en la determinación de decidir si el cuerpo de Yuyo se disecaba o se utilizaba en ‘animatronics’, que consiste en forrar un robot con la piel del animal cual se expondría en el Parque de las Ciencias.  Sin embargo, la portavoz de prensa de este municipio, Migdalia Rivera, a través de Marisol Hernández, indicó que los restos del animal fueron cremados ya que los expertos aseguraron que el cuerpo no se podía preservar

   Ahora solo queda pensar… ¿Realmente quien falleció fue Yuyo? Los allegados al mono aseguran que el mono capturado no era él, pues no se parecía.  Hmmm.. quizás nuestro amiguito sigue dando bandazos y haciendo nuevas travesuras.    

Para mas información información: 
www.coasunglasses.com

  La niña Alanys Henry Torres, estudiante de tercer grado de la Escuela Regional Adventista de Caguas, presentó un proyecto en la Feria científica que la llevo a  obtener el segundo lugar en la misma.

  El experimento consistió  en utilizar cuatro tipos de algas marinas mezcladas con tierra para cultivar cuatro semillas de habichuelas y compararlas con cuatro semillas sembradas solo en tierra. El resultado fue que del tiesto que contenía las algas marinas mezcladas con tierra crecieron mas rápido las cuatro semillas y con mayor tamaño, a diferencia del tiesto de tierra, en el que solo crecieron tres de  menor tamaño. Cabe destacar que la prueba presentada* demuestra que en once días no solo germinaron

todas las semillas de habichuelas plantadas, si no que la planta lucia mas robusta.

  Aunque seria un poco prematuro determinar si en efecto seria viable las posibilidad de desarrollar un modo de cultivo basado en este experimento, la realidad del caso es que fomenta y despierta en nuestro país una esperanza de que nuestra niñez esta comprometida a mejorar la calidad de vida de nuestro planeta y a su vez impactar de forma positiva en otros problemas como lo son la falta de empleo y la falta de limpieza en nuestra playas.

  Alanys y su familia consideran que este proyecto puede desarrollar una empresa donde se generen nuevos empleos, se reciclen parte de estas algas y se cultiven en ellas. Lo que lograría a su vez mantener las costas limpias de estas hierbas. Cabe destacar que no descartan la posibilidad de tratar de cultivar otras semillas.

Información:
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