Al estar allí te llamará la atención la enorme piedra que se encuentra en la playa con una cruz que sobrepasa los 15 pies de altura. Siempre ha sido un tema de conversación para muchos que intentan descifrar su significado. Para los que conocen su verdadera historia, es un recordatorio de lo que hace mucho tiempo atrás sucedió allí.
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Era el 24 de junio de 1940, para esa época, cuando se celebraba el Día de San Juan, los dueños de embarcaciones solían ofrecer viajes a las personas desde la playa del barrio Membrillo hasta el conocido Peñón de los Amadores, bautizado con ese nombre porque a lo largo de esa costa vivía la familia Amador. Era una costumbre que atraía a gente de todas partes.
Juanita Donate tenía 21 años. Era una chica sumamente hermosa y jovial. Su familia era conocida y muy querida por todos en el pueblo. Ella, junto a dos parientes y una amiga, había decidido abordar la yola de Julio Valentín, un reconocido pescador camuyano, para festejar entre el vaivén de las olas. “Ese día los botecitos se la pasaban yendo y viniendo de la playa al peñón”, dijo don Pascual Rosa Cordero, de 85 años, quien aún mantiene vivo el recuerdo de esos tiempos de antaño.
Pero la celebración se tornó rápidamente en una pesadilla. “Mi gran amigo Julio andaba con un grupo de damas de mi pueblo y cuando regresaba del peñón hacia la tierra, dos olas azotaron la embarcación e hicieron que se virara”, relató.
Juanita pereció sumergida en aquellas aguas cristalinas. Sus acompañantes fueron rescatadas por vecinos del lugar, entre los que se encontraba don Pascual. El cuerpo de Julio apareció al otro día flotando cerca del Peñón Amador. “Fue una gran pérdida para todos en nuestro pueblo porque tanto la jovencita que murió como mi amigo Julio, que era como un pez para esas aguas, eran muy queridos”, contó don Pascual.
La familia Donate, específicamente don Miguel Donate Cabán, un reconocido comerciante camuyano y hermano de Juanita, decidió levantar una cruz hecha en madera, en honor a las dos víctimas de aquel trágico accidente de la década de los 40.
Desde entonces, “la cruz del Peñón Amador” ha sido un símbolo de esa zona costera y un sombrío recordatorio de la peligrosidad del mar. “Esa cruz nos recuerda que allí murió una muchacha, una joven de las más preciosas que tenía mi pueblo en aquel entonces”, dijo don Pascual. “Para nosotros que tuvimos la oportunidad de estar aquel día en la playa, significa mucho. Cada vez que la veo revivo el momento en que sacaron con vida a las dos señoras y lamento las muertes de la jovencita y mi amigo Julio Valentín”, manifestó.
Otro dato curioso es que para el 2009 apareció en la costa un bello flamingo color rosado, el cual puedes ver al cruzar la calle frente al Peñón Amador en una charca y una laguna en el barrio Yeguada, que están separadas por un trecho de al menos dos kilómetros. Al parecer le ha gustado tanto el lugar que tomó residencia en la charca. Aunque en el 2014 trató de mudarse y llegó a estar por varios meses en la reserva natural Caño Tiburones en Barceloneta. Luego terminó regresando a su hogar en Camuy. Definitivamente es otra atracción turística para el público que llega allí a verlo.
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Referencias:
Historia por Por Gerardo G. Otero Ríos / www.primerahora.com
http://puertoricopuebloapueblo.educatevirtual.com I http://camuypr.tripod.com